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Introducción

Cualquier instalación de calidad que,  además de haber tenido un buen diseño, se precie de una correcta planificación de su implementación y de una adecuada metodología y programa de ejecución, debe contemplar un adecuado plan de mantenimiento, de acuerdo con las características de la instalación. De esta manera, se asegura su correcto funcionamiento.

Siempre se ha considerado que las instalaciones solares, por sus propiedades y peculiaridades intrínsecas de sencillez, necesitan poco mantenimiento, debido a que, en algunas ocasiones, no presentan partes móviles, manejo de combustibles, etc.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas instalaciones son inversiones a largo plazo. Por lo tanto, para garantizar y preservar la inversión realizada inicialmente, no hemos de olvidar que la fiabilidad, durabilidad o vida útil y la disponibilidad de servicio se deben garantizar, optimizando la producción y minimizando las pérdidas.

Lo anteriormente expresado nos obliga a desarrollar un programa de revisiones y comprobaciones para mantener las instalaciones en el mejor estado de funcionamiento.

Cada plan de mantenimiento dependerá del tipo y configuración de las instalaciones,. Al menos se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Tipología: Dentro de las instalaciones solares tenemos dos grandes grupos atendiendo a si están interconectadas a la red pública o privada de distribución de energía eléctrica o no. Estos dos grupos son:
    • Instalaciones autónomas o aisladas de red
    • Instalaciones conectadas a red. Y ya dentro de las interconectadas a red tendremos otra clasificación en dos grupos, tomando en cuenta su sistema de fijación y/o seguimiento solar:
    • Instalaciones “fijas”
    • Instalaciones “con seguimiento”
  • Ubicación: Se debe tener muy en cuenta las condiciones particulares del emplazamiento de la instalación solar. Se tienen dos grandes agrupamientos:
    • Instalación en suelo
    • Instalación integrada en edificación

Esto nos marcará pautas para definir correctamente el plan de mantenimiento, como podrían ser accesibilidad a las partes, medios de trabajo específicos y otros aspectos peculiares por tener en cuenta.

  • Condiciones ambientales: Este aspecto es muy importante a la hora de definir un correcto plan de mantenimiento adecuado a las circunstancias en las que va a estar expuesta la planta solar. Se deben considerar condiciones particulares en las que va a trabajar, tales como nivel medio de pluviometría, cercanía a zonas de alto indice de polvo, cercanía al mar u otros ambientes corrosivos o salinos, ya que esto afectaría aspectos como la frecuencia de limpieza de paneles, pautas de revisión y mantenimiento de estructuras de fijación , etc.

Aunque algunos de los elementos en las instalaciones fotovoltaicas autónomas y conectadas a red son comunes (como el generador fotovoltaico, los soportes de los paneles, los inversores, etc.), vamos a distinguir entre las operaciones propias de mantenimiento para cada tipo de instalación. (Ver tabla 1).

Tabla 1. Lista de comprobación según tipos de  instalaciones (Checklist).

Puntos a comprobar Instalaciones autónomas  Instalaciones conectadas a red 
Generador fotovoltaico (Paneles + soportes)   

Regulador

No
Acumulador No
Inversor
Elementos de protección
Cableado
Conexión a red No

 

Teniendo en cuenta todo lo anterior, para poder definir completamente un Plan de Mantenimiento, habrá que estructurar éste en tres grandes áreas:

plan de mantenimiento esquema 1

Para facilitar estas labores de mantenimiento, se suele establecer una guía con las acciones correspondientes paso a paso, lo que facilitará al instalador/mantenedor la realización de las tareas como conjunto.

Este plan de mantenimiento, deberá también contemplar los siguientes aspectos:

plan de mantenimiento esquema 2

Todo esto es lo que analizaremos en las próximas pantallas.