3. Mantenimiento correctivo
Toda actuación asociada a la reparación de cualquier avería o defecto que pueda surgir en la instalación solar fotovoltaica, estará enmarcada en este capítulo y, por lo común, debería poder ser solucionadas con una sustitución o reparación in situ del equipo o elemento dañado. Por lo tanto, necesitará de personal debidamente cualificado para ello.
Las averías que aparecen en las instalaciones no son tan numerosas en esta tecnología y normalmente son debidas a fallos o defectos en la fase de diseño y ejecución de instalación de la planta.
Entre las posibles causas de avería tenemos las siguientes:
- Proceso de instalación realizado de forma deficiente: cableado desordenado y sin marcar, falta de elementos de desconexión de la instalación, etc.
- Ausencia de planos, esquemas y manuales de la instalación, así como de las características de los elementos utilizados en esta.
- Aparatos sin indicadores de funcionamiento, falta de monitorización de la instalación, etc.
- Falta de un registro de las acciones llevadas a cabo en el plan de mantenimiento de la instalación, para poder analizar las intervenciones realizadas.
Es importante detectar y corregir una avería en el menor tiempo posible, para minimizar la indisponibilidad asociada a ese sistema o elemento que ha tenido el problema. Sin embargo, es más importante corregir y detectar las causas, con el objetivo de prevenir y, si es posible, de evitar su aparición nuevamente.
Cualquier manual de mantenimiento correctivo debe tener identificadas y clasificadas las posibles fallas o defectos que son susceptibles de aparecer, con su respectiva causa probable, los elementos que intervienen, el efecto que producen y su solución.
Además, las averías están clasificadas por el grado de importancia en distintos aspectos de la explotación de la planta solar, de la siguiente manera:
- Muy Graves
- Por incumplir las medidas de seguridad; pueden provocar la aparición de situaciones de peligro a personas y equipos.
- Por afectar directamente a la producción de la planta, suponiendo una interrupción o disminución de la producción
Ejemplo: Fallo de las protecciones eléctricas de la planta o de un equipo principal como inversor, paneles, etc. Ver figura 34.
Figura 34. Avería muy grave. Fuente: AquaSoli GmbH & CO.
- Graves
- Aunque no supone un peligro inmediato a la seguridad de las personas o equipos, puede llegar a serlo al originarse un fallo en la instalación.
- Aunque no afecta en principio la producción del parque, su permanencia en el tiempo puede traer consigo una pérdida en este.
Ejemplo: Fallo en el sistema de refrigeracion de inversores, fallo de las comunicaciones del sistema de monitoreo. Ver figura 35.
Figura 35. Avería grave. Fuente: AquaSoli GmbH & CO.
- Leves
- Cuando no suponen un peligro para las personas o los equipos y no perturban el funcionamiento de la instalación.
- Cuando no producen una interrupción en la producción ni en la gestión de las comunicaciones.
Ejemplo: Falta de limpieza y orden en la planta o falta de repuestos de elementos de uso frecuente.Ver figura 36.
Figura 36. Falla leve, presencia de punto caliente
En la tabla se hayan recopiladas algunas de las averías más típicas sobre los elementos de la instalación, y cómo se manifiestan.
Tabla 2. Averías más típicas sobre los elementos de la instalación
Elemento |
Avería |
Causa |
Producida por |
Efecto producido |
|
Generador fotovoltaico |
Panel solar |
Deterioro en la superficie |
Caída de un objeto |
Golpe sufrido en el proceso de la instalación |
Falta de producción de electricidad en el generador
Fallo en la recarga de los acumuladores |
Golpe fortuito |
Error en la instalación. Mal uso de usuario de la instalación |
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Vandalismo |
No existen medidas de protección ante estos actos |
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Célula del panel |
Penetración de agua |
Rotura de la cubierta del panel |
Ver el apartado anterior |
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Sobrecalentamiento |
Sombreado parcial |
Fallo en los diodos de paso |
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Potencia disipada excesiva |
Inexistencia o fallo de elementos de protección en el generador |
Fallo en fusibles y diodos de paso |
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Rotura |
Caída de un rayo |
Ausencia de pararrayos en la instalación |
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Acumulador |
Deterioro de las placas |
Sobrecargas excesivas y descargas demasiado profundas |
Regulador mal ajustado |
Disminución de la capacidad del acumulador y acortamiento de su vida útil |
|
Carga de ecualización realizada de manera deficiente |
Falta de mantenimiento preventivo |
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Nivel de electrolito insuficiente |
Falta de mantenimiento preventivo
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Regulador inversor |
Fallo interno |
Inversión de la polaridad |
Error en el montaje |
Corte en el suministro eléctrico |
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Mala colocación de las tomas de corriente para consumo |
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Sobrecarga o cortocircuito |
No existen medidas de protección |
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Instalación eléctrica |
Problemas en las conexiones: corrosión, aflojamiento, cortocircuito, etc. |
Montaje defectuoso |
Mala estanqueidad de las cajas de conexión, fallos en las conexiones, etc. |
Interrupción en el suministro eléctrico
Posibilidad de que ocurran accidentes eléctricos |
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Puesta a tierra defectuosa |
Montaje deficiente |
Ausencia de la pica de puesta a tierra, mala continuidad en la instalación, etc. |
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Aislante del cableado deteriorado |
Montaje o canalizaciones inadecuadas |
Elementos no protegidos contra la intemperie, acción de roedores, etc. |
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Sobrecalenta-miento del cableado |
Dimensionado inadecuado |
Cables de sección menor a la que sería necesaria |
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Las intervenciones de mantenimiento correctivo se realizarán inmediatamente que aparezca un defecto que se clasifique como muy grave o grave.
En caso de que en las labores de mantenimiento preventivo tengamos una serie de defectos leves detectados que no estén afectando a la producción de la planta, lo que se recomienda es programar una parada para corregirlos o arreglarlos. Esta programación debe realizarse en horas en las que la planta ya no esté produciendo, o sea, en horas muy tempranas, al final de la tarde o por la noche.
Como regla general se establecerá una metodología de actuación común para todas las intervenciones que se han de realizar en la instalación, que establecerá como mínimo los siguientes 8 pasos: 1. Detección del problema. 2. Determinar si la actuación se debe realizar con personal en planta (ver paso 5) o personal externo (ver paso 6). En el caso de personal externo, se debe notificar al responsable de mantenimiento de la instalación, quien será el que gestione la visita del personal especializado para que intervenga convenientemente. 3. Realizar un registro de apertura de la incidencia en la base de datos de incidencias o en el libro de mantenimiento de la instalación. Esto es fundamental a la hora de conocer y alimentar el funcionamiento particular de la planta solar para, de esta manera, dotarla de una poderosa herramienta que permita preveer posibles averìas que pudiesen aparecer; así se optimiza la gestión del mantenimiento. 4. Preparación de los materiales, herramientas y medios para efectuar la intervención. 5. Ejecución de la intervención del personal de mantenimiento en planta guiada por la ficha de reparación correspondiente. 6. Ejecución de la intervención correspondiente por personal especializado. 7. Restitución o reposición del material o repuesto utilizado en la intervención. 8. Documentación y cierra de la hoja de intervención. Como pautas de tiempo de intervención recomendable, se establecerán unos tiempos en función de la clasificación de la falla, de manera que si esta es grave o muy grave deberá ser atentida en un período menor a 24 horas desde la notificación del problema. En el caso de las faltas leves será necesario un número mínimo de repeticiones, así como un plazo máximo para su subsanamiento. |
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